viernes, 18 de mayo de 2012

No te quiero querer.

Sal ! Fuera! Vete! Vete de una vez! Déjame en paz por favor! No quiero volver a verte dando vueltas por aquí! Estoy cansada de tus repentinos y constantes paseos por mi cabeza! Sal de una vez! ¿Es qué no ves que no me dejas avanzar? ¿Es que no te das cuenta de que mientras tú sigas viniendo no podré invitar a nadie más? Y, lo siento si no te gusta oírlo, pero quiero que sea otra persona la que se pasee por mis pensamientos, no tú. Porque tú y yo ya no somos, porque aquello que fuimos se quedó atrás. Porque tú lo dejaste atrás, y yo no hice nada por evitarlo. Era lo mejor, siempre lo supimos, o de eso pretendimos convencernos. Da igual. Lo hecho, hecho está. La cuestión es que, a pesar de eso, es imposible que no piense en ti. Siempre, antes o después, al levantarme o al acostarme, cuando te conectas, cuando escucho una canción que me recuerda a ti, cuando suena en mi mp3 una de las tantas canciones que me dedicaste una vez, o las otras tantas que yo te dediqué a ti. Siempre, eres un okupa permanente en mi cabeza. Y ahora quiero que te vayas. Ya está bien. Bastante tiempo te he dejado quedarte ahí, a cambio de nada. Porque nunca te pedí nada. Pero vuelvo a repetir que lo nuestro se acabó, y ahora debes irte, porque quiero empezar otra vez, desde 0, con otra persona. Y tú no me dejas. Y que sepas que odio cuando quiero pensar en él, y al final siempre apareces tú. Con tu estúpida preciosa sonrisa, con tus besos que me hacían dar vuelta y media al mundo, con tus caricias capaces de bajarme al mismo infierno sin billete de vuelta, tus manos, tus ojos, tu voz, tus gestos, tú... Siempre tú... Necesito que me digas que tú no me echas de menos, que no piensas en mi, que en tu cabeza ya hay otra persona, que todo te va bien con ella, que, al contrario que yo, has sido capaz de enterrar fácilmente todo el tiempo que pasamos juntos, cada noche en el mismo colchón, cada tarde de sonrisas y bromas, cada conversación hasta la madrugada... Necesito oírlo, por favor. Dímelo, aunque sea mentira. Déjame seguir adelante, déjame la posibilidad de enamorarme, de que otra persona me haga sentir... Porque, tristemente, sé que hasta que tú no quieras, yo no te voy a olvidar... Hazme daño, déjame llorando al escuchar de tu boca que no piensas en mi, párteme en dos y dime que has olvidado que una vez fuimos tú y yo... No te preocupes, me repondré, te lo prometo, la herida no será tan grave, yo me encargaré de eso. Tú solo hazlo, dilo, sal, vete, no vuelvas... No te quiero... No te quiero querer...

No hay comentarios:

Publicar un comentario