jueves, 31 de mayo de 2012
Mayo.
Conversaciones en los últimos suspiros de un domingo de primavera con
sabor a verano. Una frase que destaca entre las demás. Alguien que se
empeña en medir el tiempo, en ponerme una fecha de caducidad,
inexistente. Quizás un final, puede que un comienzo, posiblemente una
pausa y ante todo una vida vida por delante. Mezcla de sentimientos
disueltos con azúcar en un té, evaporando el dolor y endulzando las
esperanzas. Tú me dijiste que la suerte era para los valientes, como tú
me habías enseñado a ser, viendo cada amanecer como un nuevo comienzo.
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